Discurso del Cardenal Pierbattista Pizzaballa
Patriarca Latino de Jerusalén
en la dedicación de la Iglesia del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo
Viernes, 10 de enero de 2025
Representante de Su Majestad el Rey Abdullah II Ibn Al-Hussein,
Su Alteza Real el Príncipe Ghazi Ibn Muhammad, Consejero Principal de Su Majestad el Rey para Asuntos Culturales y Religiosos,
Legado de Su Santidad el Papa Francisco, Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede,
Queridos hermanos y hermanas,
¡Que el Señor les dé la paz!
Con gran orgullo y alegría os acogemos hoy en la puerta de esta Iglesia y os decimos a todos: «Sed muy bienvenidos».
Hemos esperado mucho tiempo para este día. Llevamos quince años esperando este extraordinario y hermoso acontecimiento que tiene lugar este año, en el que celebramos el Jubileo de Plata de esta peregrinación, es decir, 25 años desde el inicio de la peregrinación cristiana al Lugar del Bautismo (Al-Maghtas).
Saludamos a Su Majestad el Rey Abdullah II por su patrocinio de la santidad de Jerusalén y por ser el padre de Jordania, y especialmente por desarrollar el Lugar del Bautismo, que se ha preparado para recibir a miles de peregrinos cristianos de diversas iglesias y de todo el mundo.
También saludamos al representante de Su Majestad el Rey, Su Alteza el Príncipe Ghazi bin Muhammad, en su calidad de Presidente del Patronato del Lugar del Bautismo, y le agradecemos su presencia entre nosotros esta mañana, así como su apoyo a la construcción de una prestigiosa Iglesia latina en este lugar sagrado.
También damos la bienvenida a Su Santidad el Papa Francisco, que ha querido enviar a Su Eminencia el Cardenal Pietro Parolin como Legado Papal en su nombre para inaugurar esta Iglesia, que será considerada uno de los puntos de referencia religiosos más importantes de la región. Le agradecemos, Eminencia Cardenal, su presencia en nombre de Su Santidad el Papa Francisco y esperamos que transmita nuestro saludo y agradecimiento a Su Santidad, que rezó con nosotros en esta Iglesia cuando todavía estaba en construcción.
Bienvenidos a vosotros que venís de diferentes partes de Jordania. Gracias por venir hoy a decir que la Iglesia está hecha de piedras, ¡definitivamente! Pero está hecha sobre todo de piedras vivas, y estas piedras vivas son los creyentes, así como los descendientes de los padres y abuelos que han vivido aquí desde la antigüedad.
Esta es una expresión de gratitud a todos los que han aportado incansablemente su esfuerzo diario o su apoyo financiero a lo largo de un cuarto de siglo. Agradecemos a la Divina Providencia que nos haya enviado personas generosas que expresan su amor no sólo por la Iglesia en Jordania, sino por todo el país, sus dirigentes y su pueblo.
Nuestro profundo agradecimiento al Excmo. Sr. Nadim Al-Muasher, Caballero del Santo Sepulcro, y a su honorable familia. Les damos las gracias por haber querido recibir el consuelo del cielo, tras la muerte de su hijo Ayman, que su alma descanse en paz, donando generosamente para cubrir la mayor parte de los costos de construcción de la Iglesia.
También nuestro más sincero agradecimiento a todos los benefactores que han contribuido a este logro, ya sean particulares, instituciones, organizaciones caritativas o gobiernos. Hoy, en presencia del Ministro de Estado húngaro, hacemos extensivo nuestro agradecimiento al Estado de Hungría, que donó parte del coste de la construcción.
Queridos amigos, esta Iglesia está ante todo al servicio de toda la comunidad, es decir, de los fieles que viven en Tierra Santa. Sus puertas están abiertas también a todos los queridos peregrinos a los que invitamos a visitar Jordania y a los que ya la han visitado y desean volver. Es, pues, un regalo de la Iglesia local a todos los queridos amigos de todo el mundo que vienen a ser bendecidos por las aguas del río Jordán y peregrinan a esta Iglesia.
Este acontecimiento coincide con el año jubilar de la Iglesia Católica. Nosotros, como Diócesis, comenzamos este jubileo el Domingo de la Sagrada Familia, a finales del año pasado, en la Iglesia de la Anunciación de Nazaret. Damos las gracias a todos los peregrinos que peregrinarán a este lugar y agradecemos al Ministerio de Turismo y a la Oficina de Turismo de Jordania su colaboración.
Agradecemos también a la Congregación del Verbo Encarnado que, con sus sacerdotes y monjas, nos ofrecerá un servicio espiritual en este lugar. Animamos a hacer un retiro espiritual en este lugar santo y a pasar un tiempo en el «desierto de Juan el Bautista».
Por último, en esta bendita mañana, recemos por Jordania, por Su Majestad el Rey, y para que todos los creyentes estén siempre orgullosos de que Jordania es parte integrante de Tierra Santa, y de que Jordania es segura y estable bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Abdullah II, Su Alteza Real el Príncipe Heredero Al-Hussein Ibn Abdullah.
Rezamos también hoy, como rezó el Papa Juan Pablo II en este lugar santo en el año 2000, cuando dijo: «Incluiré en mis oraciones a todo el pueblo de Jordania, cristianos y musulmanes, especialmente a los enfermos y a los ancianos».
Recemos por todas las personas que sufren, especialmente por aquellas que no han podido rezar aquí con nosotros y nos siguen a través de los medios de comunicación. Y recemos también por todos los que sufren en su propio país por la falta de seguridad, estabilidad y paz, especialmente en Palestina, Líbano y Siria, así como en todas las regiones del mundo que necesitan paz.
Desde el punto más bajo de la tierra, elevamos nuestras oraciones por todas las personas hasta lo más alto de los cielos. ¡Enhorabuena de nuevo!
*Traducido por la Oficina de Prensa del Patriarcado Latino