El viernes 10 de enero de 2025, la Iglesia Católica celebró un hito histórico con la inauguración de la Iglesia del Bautismo de Cristo a orillas del río Jordán, en Al-Maghtas. La misa pontifical fue presidida por Su Eminencia el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, en representación de Su Santidad el Papa Francisco. Entre los distinguidos asistentes se encontraban Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, obispos, sacerdotes y líderes eclesiásticos, incluido el antiguo Patriarca Fouad Twal; el Arzobispo Giovanni Pietro Dal Toso, Nuncio Apostólico en Jordania; Monseñor William Shomali, Vicario General Patriarcal, y el Obispo electo Iyad Twal, Vicario Patriarcal en Jordania. El acto también contó con la presencia de Su Alteza Real el Príncipe Ghazi bin Muhammad, Consejero Principal de Su Majestad el Rey para Asuntos Religiosos y Culturales.
Este acontecimiento histórico coincidió con el Jubileo de Plata de la peregrinación al Lugar del Bautismo, que atrajo a un gran número de creyentes locales, peregrinos, movimientos apostólicos y grupos de scouts. La Misa se vio realzada por la participación de seminaristas de Beit Jala y del Coro del Sagrado Corazón de Tla' Al-Ali, con el apoyo de una meticulosa organización por parte de las autoridades civiles y de seguridad.
Momentos destacados de la rueda de prensa
Antes de la Misa, el Cardenal Pizzaballa intervino en la conferencia de prensa anual, destacando el papel de la nueva Iglesia como punto de referencia religioso mundial y destino sagrado de peregrinación. Pidió oraciones por la paz en la región y en todo el mundo. Su Excelencia Lina Annab, Ministra de Turismo y Antigüedades de Jordania, elogió la culminación con éxito de este proyecto de 15 años, destacando la importancia del lugar, bendecido por tres Papas.
Inauguración oficial de la Iglesia
Una procesión de celebración, en la que participaron scouts, condujo a obispos y sacerdotes hasta la entrada de la nueva Iglesia. El Cardenal Pizzaballa expresó su sincero agradecimiento a Su Majestad el Rey Abdullah II por sus esfuerzos para preservar el Lugar del Bautismo y al Príncipe Ghazi bin Muhammad por su apoyo inquebrantable. También reconoció la dedicación de Nadim Muasher, arquitecto de la Iglesia, y el apoyo del gobierno Húngaro.
En su discurso, el Cardenal Pizzaballa describió la nueva Iglesia como un espacio sagrado para la oración, la reflexión, la fe y la paz, e invitó a todos a peregrinar a este lugar sagrado. «Esta Iglesia», señaló, “es un regalo de la Iglesia local a los amigos de todo el mundo, que ofrece las bendiciones del río Jordán”. Además, elogió a la Congregación del Verbo Encarnado (IVE) por asumir responsabilidades de servicio espiritual en la Iglesia.
El Sr. Nadim Muasher, Caballero del Santo Sepulcro, pronunció un emotivo discurso en el que destacó la importancia espiritual del Lugar, consagrado por el Bautismo de Cristo por Juan el Bautista. Afirmó: «Con orgullo y alegría en esta fiesta del Bautismo de Cristo, dedicamos esta Iglesia a la memoria de mi hijo Ayman y de todos los que nos han precedido en la vida eterna, rezando por la misericordia y la fe inquebrantable para todos los visitantes».
A continuación, el Sr. Muasher entregó las llaves de la Iglesia al Cardenal Pizzaballa, quien abrió sus puertas con alegría y gratitud, invitando a los fieles a entrar para iniciar la ceremonia de consagración de la Iglesia.
Rito de dedicación del altar y la iglesia
El Cardenal Parolin bendijo el agua del río Jordán, que se depositó en la pila bautismal, y se aspergió sobre los fieles y los muros de la Iglesia.
En su homilía, reflexionó sobre el profundo significado del Lugar como punto de encuentro entre lo divino y lo humano, recordando el bautismo de Cristo. Hizo referencia al mensaje del Papa Francisco a los cristianos de Oriente Medio, instándoles a ser semillas de esperanza y luz.
«Estamos llamados a dar gracias a Dios, no sólo por el don de esta Iglesia dedicada a Él, sino también por el hecho de que Dios se hizo humano y vivió entre nosotros, concretamente en esta Tierra Santa». Desde aquí, los fieles se dirigen a Jerusalén, lugar del bautismo de Cristo por Juan el Bautista, donde Dios se encuentra con el hombre, incluso cuando el hombre está distante. Por el bautismo, nos convertimos en hijos de Dios, y la travesía del Jordán simboliza nuestro paso a la vida eterna. Hoy consagramos esta Iglesia, que se convertirá oficialmente en lugar de culto. Al hacerlo, ofrecemos a Dios nuestros corazones y nuestras vidas, para que Él pueda obrar a través de nosotros para difundir su paz». - De la homilía de Su Eminencia el Cardenal Parolin
El rito de dedicación incluyó la recitación de las «Letanías de los Santos», que simbolizan la unidad entre la Iglesia celestial y la terrenal. Se colocaron en la Iglesia reliquias de San Juan Pablo II y de los mártires de Damasco, subrayando su conexión con los mártires de la fe.
El altar y las paredes de la Iglesia fueron ungidos con aceite santo de crisma, en señal de su consagración a Dios. Se quemó incienso en el altar. A continuación, las Hermanas del Instituto del Verbo Encarnado adornaron el altar con velas, para preparar la celebración de la Eucaristía, seguida del traslado del Santísimo Sacramento al nuevo Sagrario.
Al final de la Misa, el Obispo electo Iyad Twal expresó su profunda gratitud a todos los que contribuyeron al éxito de este día tan esperado y a los que participaron en esta ocasión histórica. El Cardenal Pizzaballa rindió homenaje al Sr. Nadim Muasher, a su esposa y al Embajador de Hungría, entregándoles la Cruz del Santo Sepulcro en reconocimiento a su destacada contribución a la construcción de la Iglesia.
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