Jerusalén, 29 de enero de 2025 - En una profunda muestra de fe y fraternidad, Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, dirigió una sentida oración por la unidad de los cristianos en la Pro-Catedral del Patriarcado Latino. Clérigos y creyentes de diversas tradiciones cristianas de toda Tierra Santa se reunieron con corazones llenos de fe, reafirmando su compromiso común por la unidad de los seguidores de Cristo.
Abrazar la Unidad en Medio de la Diversidad
Esta oración forma parte de la Semana anual de Oración por la Unidad de los Cristianos, una iniciativa mundial inspirada en la oración de Cristo: «Que todos sean uno: como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros» (Juan 17,21). La oración contó con una nutrida asistencia de diversas Iglesias cristianas de Tierra Santa, que dieron testimonio del rico mosaico de la comunidad cristiana. A pesar de las distinciones tradicionales, se mantuvieron unidas en su fe compartida en Cristo y en una misión común de amor, paz y servicio.
Arzobispo Hosam Naoum: una Llamada a la Unidad
En su convincente homilía, el Arzobispo anglicano Hosam Naoum subrayó que la unidad no debe limitarse a los momentos de oración, sino que debe extenderse a la vida cristiana cotidiana y a un testimonio compartido de Cristo. Subrayó que la unidad no es un mero ideal abstracto, sino una llamada a vivir en fraternidad y reconciliación, especialmente a la luz de los retos a los que se enfrentan los cristianos en Tierra Santa. Aclaró que la unidad no significa uniformidad ni pérdida de la identidad individual, sino más bien a cultivar el respeto mutuo y la colaboración. Exhortó a los fieles a abrazar un espíritu de fraternidad, reconciliación y colaboración, particularmente en la educación, el servicio social y el diálogo interreligioso.
Un mensaje de coexistencia y propósito compartido
El encuentro de oración transmitió un mensaje poderoso: que las iglesias cristianas deben superar las divisiones históricas y trabajar de la mano por la paz y la justicia, especialmente en medio de los desafíos actuales en Tierra Santa. En un emotivo acto, los asistentes intercambiaron el Signo de la Paz, reafirmando su compromiso con el diálogo y la búsqueda de la unidad de los cristianos. La oración culminó con un inspirador himno armenio interpretado por estudiantes de seminario del Instituto Armenio, que simboliza el espíritu de armonía que el acto pretendía fomentar.
Conclusión
Esta oración anual sigue siendo un paso significativo en el fomento de las relaciones entre las Iglesias, y refleja un compromiso sincero de caminar juntos hacia un futuro de mayor unidad y amor. Como nos recuerda el Papa Francisco, «La unidad es un camino que recorremos juntos, bajo la guía del Espíritu Santo.» Estos encuentros espirituales actúan como piedra angular para hacer realidad la visión largamente acariciada de un testimonio cristiano unido en Tierra Santa y más allá.