Del 23 al 26 de enero, la Oficina de Medios de Comunicación del Patriarcado Latino participó en una iniciativa transformadora de tres días para Jóvenes Comunicadores Profesionales, organizada por el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede en Roma, como parte del Jubileo del Mundo de las Comunicaciones. Nicolawos Hazboun, responsable multimedia de 25 años, y Miral Atik, responsable de medios de comunicación de 24 años, fueron seleccionados para representar al Patriarcado Latino y viajar desde Belén a Roma. Se unieron a 130 comunicadores de 70 países en este programa especial, cuyo objetivo era fomentar la colaboración global entre comunicadores religiosos y empoderarlos para difundir la esperanza, la verdad y la fe a través de las plataformas digitales.
La iniciativa ofreció una combinación de actos públicos y privados diseñados para fortalecer el sentido de comunidad entre los comunicadores, al tiempo que se exploraba el papel de la comunicación digital en la creación de cambios. Los participantes participaron en actividades dinámicas, debates interactivos y discursos de apertura, todos ellos basados en los valores de la esperanza y la fe.
El programa se articuló en torno al concepto de las «cuatro puertas» -Vocación, Impacto, Narrativas y Comunidad-, que guiaron a los participantes a través de un viaje de crecimiento personal y profesional. El primer día comenzó con una liturgia penitencial y una Misa Internacional en la Basílica de San Juan de Letrán, en honor de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. El día siguiente incluyó una peregrinación temprana a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, seguida de un encuentro cultural en la Sala de Audiencias Pablo VI, donde el Sr. Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, habló sobre la importancia de renovar las raíces de la comunicación en la esperanza y la conexión humana en medio del auge de la tecnología.
Uno de los momentos culminantes del programa fue el poderoso discurso de Maria Ressa, Premio Nobel de la Paz, quien advirtió sobre los peligros de la desinformación impulsada por la tecnología, que socava la confianza y la democracia. Insistió en que «la esperanza no es pasiva; es activa, implacable y estratégica» e instó a los comunicadores a colaborar, actuar y restaurar la integridad en un mundo fracturado.
Otro momento memorable fue el de Colum McCann, cuya intervención, titulada «A Pilgrimage of Repair» (Una peregrinación de reparación), puso de relieve el poder de la narración para salvar las diferencias y restaurar la empatía. Subrayó que ignorar las historias de los demás conduce a la erosión de la comunidad y pidió iniciativas de base que prioricen la conexión y la comprensión humanas. «La distancia más corta entre ser un enemigo o un vecino es una historia», afirmó McCann.
El acto culminó con un encuentro especial con Su Santidad el Papa Francisco, quien bendijo a los más de 10.000 comunicadores presentes y los animó a comprometerse con una «comunicación capaz de hablar al corazón», haciendo hincapié en la esperanza, la unidad y el respeto. Expresó su visión de una comunicación que nos una como «compañeros de viaje», recordando a los participantes que a través de «la delicadeza y la reverencia», pueden destacar historias de esperanza en tiempos difíciles y «dar a conocer las muchas historias de bondad ocultas en los pliegues de las noticias.»
A lo largo de los tres días, Nicolawos y Miral tuvieron el privilegio de aprender de profesionales experimentados como Eli Pariser, Paterno Esmaquel II y Chris Walter. También participaron en talleres de narración dirigidos por Narrative 4, una organización fundada por Colum McCann, que se centró en el poder curativo de los relatos personales compartidos.
Al reflexionar sobre la experiencia, Nicolawos Hazboun compartió: «Fue realmente inspirador conectar con jóvenes periodistas cristianos de todo el mundo y aprender sobre su trabajo en los medios de comunicación dentro de la Iglesia. La conferencia aportó valiosas ideas sobre nuevos métodos y teorías para transmitir el mensaje de la Iglesia a través de los diversos medios de comunicación».
A su vez, Miral Atik compartió: «Esta experiencia fue increíblemente transformadora, fortaleciendo mi fe en el impacto que nosotros, como comunicadores, podemos tener en la difusión de la verdad, la humanidad y la esperanza en un mundo que a menudo trata de suprimir la luz. Escuchar tanto a profesionales experimentados como a comunicadores jóvenes apasionados me inspiró con nuevas ideas para mejorar mi trabajo en la Diócesis de Jerusalén. Paso a paso, estamos tejiendo el mundo digital en un espacio donde la humanidad vuelve a conectarse para servir al bien mayor de todos».
Al finalizar el programa, tanto Nicolawos como Miral regresaron a su trabajo en Belén con un renovado sentido del propósito y una comprensión más profunda del papel vital que desempeñan en la comunicación global de la fe. Su viaje a Roma no fue sólo una oportunidad de desarrollo profesional, sino una reafirmación del poder de la narración y los medios digitales para difundir la esperanza en todo el mundo.