El viernes 28 de febrero de 2025, en la Iglesia del Bautismo de Cristo (Al-Maghtas) en Jordania, Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, presidió la Ordenación Episcopal del Padre Iyad Akram Twal. La solemne celebración fue concelebrada por Mons. William Shomali, Vicario General, y Mons. Rafiq Nahra, Vicario Patriarcal en Galilea, junto a una distinguida concurrencia de obispos, sacerdotes y religiosas de diversas iglesias y órdenes.
La Iglesia estaba llena de Caballeros del Santo Sepulcro, cónsules, embajadores y representantes de las autoridades civiles y militares, junto con la familia del recién nombrado Obispo y fieles que habían viajado desde cerca y desde lejos para dar gracias a Dios y celebrar esta feliz ocasión. Este acontecimiento marcó la primera celebración en la Iglesia del Bautismo de Cristo desde su consagración por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, el 10 de enero de 2025. Además, era la primera vez que un Vicario Patriarcal de Jordania era ordenado en suelo jordano, lo que lo convertía en un momento histórico y profundamente significativo para la Iglesia local y sus fieles.
La ordenación fue cuidadosamente organizada por grupos de jóvenes, scouts y coros de varias parroquias latinas de Jordania, mostrando la hospitalidad jordana y la unidad de la Iglesia en el servicio.
Al comenzar la celebración, se elevaron oraciones e himnos a Dios por el recién ordenado Obispo, seguidos de la procesión de entrada del clero.
Tras la lectura del Santo Evangelio, el P. Imad Twal y el P. Abdel-Masih Fahim, capellanes espirituales del nuevo Obispo, presentaron el decreto papal de ordenación, que fue leído en voz alta por Mons. Giovanni Pietro Dal Toso, Nuncio Apostólico en Jordania.
En su homilía, el Cardenal Pizzaballa reflexionó sobre el profundo significado espiritual y bíblico del ministerio episcopal, inspirándose en las lecturas y en el lugar sagrado donde tuvo lugar la ordenación.
Ofreció muchas instrucciones espirituales al nuevo Obispo, una de las cuales fue la importancia de proporcionar consuelo y esperanza como aspecto esencial de su servicio en medio de los desafíos actuales, diciendo: «Dentro de poco, se derramará aceite sobre tu cabeza... Es decir, recibirás la unción del Espíritu Santo, que te enviará a través de la Iglesia al pueblo santo de Dios aquí en Jordania. Deberás llevar la buena nueva a los pobres... y derramar aceite y bálsamo sobre las heridas de los corazones y las mentes de todos los que sufren».
Subrayó además la importancia de su nuevo ministerio, que le llama a servir como Pastor de la Iglesia en Jordania. Inspirándose en la lectura evangélica del Buen Pastor, señaló: «El pastor está llamado a hacer una cosa por encima de todo: amar a su rebaño y dar la vida por él. Tendrás muchas responsabilidades -pastorales, administrativas, sociales, políticas, y más-, pero todas ellas son secundarias en tu ministerio. Lo único que Jesús te pide, la única condición que ha puesto, es esto: Amar al rebaño». También animó al nuevo Obispo a ser una voz en favor de la justicia y la verdad, siguiendo el ejemplo de Juan el Bautista. Concluyó su homilía con una oración, pidiendo que su nuevo ministerio se convierta en fuente de vida, alegría y resurrección para la Iglesia de Jordania.
A continuación, comenzó la ceremonia episcopal, en la que el nuevo Obispo se postró ante el Altar, en un gesto de sumisión y humildad ante el Señor. Durante este momento, el coro entonó el Himno de Todos los Santos. A continuación, se recitó la oración de consagración. Seguidamente, se colocó sobre su cabeza la Santa Biblia, símbolo de su compromiso con la Palabra de Dios y de su responsabilidad de defenderla. Su cabeza fue ungida con el Santo Crisma, signo de su consagración a Dios. A continuación, fue ataviado con los símbolos episcopales: el anillo, la mitra y el báculo pastoral, que significan su cuidado pastoral y su autoridad para guiar a los fieles.
El coro cantó un himno del Salmo 110, «El Señor ha jurado y no cambiará de opinión», para celebrar la elevación del P. Iyad al episcopado, como una poderosa declaración de la inquebrantable fidelidad de Dios. A continuación, el clero y los padres del nuevo Obispo le dieron la enhorabuena.
Al final de la Misa, el nuevo Obispo se paseó entre los fieles, impartiéndoles su primera bendición episcopal. A continuación, pronunció un discurso de agradecimiento, diciendo: «Comparto este momento con vosotros, un momento lleno de alegría cristiana, gratitud y profundo reconocimiento». Expresó su gratitud a Dios por haberle elegido para servir a su pueblo, a su familia que le inculcó el amor a la fe y al servicio, y a Su Santidad el Papa Francisco y a Su Beatitud el Cardenal por confiarle el servicio de la Iglesia. También invitó a los fieles a unirse a él en esta sagrada misión, con espíritu de cooperación y unidad, diciendo: «La Iglesia no es una mera jerarquía; es el Cuerpo vivo de Cristo, donde cada miembro tiene un papel vital que desempeñar. Trabajemos de la mano para construir una comunidad de fe vibrante, dando testimonio de Cristo en toda nuestra Diócesis y especialmente en nuestra amada patria, Jordania, bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Abdullah II Ibn Al Hussein y Su Alteza Real el Príncipe Heredero Hussein Ibn Abdullah».
Lleno de la alegría por esta nueva ordenación episcopal, Mons. Iyad Twal, Vicario Patriarcal en Jordania, celebrará su primera Misa Pontifical en la Parroquia de la Decapitación de San Juan Bautista en Madaba, el sábado 1 de marzo de 2025, a las 17:00 horas.