El sábado 26 de octubre de 2024, Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, presidió la celebración anual de la Fiesta de la Virgen María, Reina de Palestina, principal patrona de la Diócesis, presidiendo una Misa Solemne, y una procesión, en el Santuario de Nuestra Señora, en Deir Rafat.
Ante la adversidad, más de 2.000 cristianos se reunieron en el Santuario de Nuestra Señora Reina de Palestina en un espíritu de devoción y oración. Entre la asamblea había clérigos, religiosos y religiosas, seminaristas, Caballeros y Damas del Santo Sepulcro, Caballeros de Malta, alumnos de las escuelas cristianas de Jerusalén y fieles de diversas parroquias de la Diócesis. Al unísono, elevaron sus corazones afligidos al cielo, rezando por la Iglesia y la gente de la tierra, pidiendo a Nuestra Señora que proteja Tierra Santa de todo mal y renueve sus corazones con valor, fe y amor.
En su homilía Su Beatitud el Cardenal Pierbattista abordó el papel de la Virgen María como intercesora e inspiradora en tiempos de crisis y dificultades. Reflexionando sobre la lectura del Apocalipsis (Ap 12, 3-4) expresó que a pesar de enfrentarnos al mal y a la violencia en este mundo, nosotros, los fieles, debemos confiar en el poder del amor y de la vida que trasciende las fuerzas del mal porque «es impotente frente el poder del amor que genera la vida» que está representado por la «mujer vestida de sol». Recordó a los presentes que deben dar testimonio del reino de Dios con «obras y palabras», aquí en Tierra Santa. Subrayó la necesidad de construir relaciones basadas en la dignidad, la justicia y la paz, resistiendo a la tentación de caer en el miedo, el egoísmo y la búsqueda del poder. A pesar de las dificultades, es la fe en el poder de Dios la que ilumina el camino hacia la paz y la justicia. Tras reconocer la lucha y la incertidumbre que se viven en Tierra Santa, concluyó animando a los fieles, recordándoles que «el mal no tendrá la última palabra en sus vidas ni en la vida de Tierra Santa».
Antes de la bendición final, Mons. William Shomali, Vicario General, dirigió una oración a Nuestra Señora Reina de Palestina, pidiéndole que proteja la tierra que la vio nacer y guíe a los fieles hacia el triunfo de la verdad y la justicia, acompañándolos en su viaje terrenal hacia el cielo.
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