DECLARACIÓN SOBRE LA VIOLENCIA
EMPLEADA EN EL HOSPITAL DE SAN JOSÉ
DURANTE EL FUNERAL DE SHIREEN ABU AKLEH
Nosotros, el Patriarca Ortodoxo Griego, el Patriarca Latino de Jerusalén y los Obispos y fieles de las Iglesias cristianas de Tierra Santa, condenamos por la presente la violenta intrusión de la policía israelí en el cortejo fúnebre de la periodista asesinada Shireen Abu Akleh, mientras el cortejo avanzaba desde el Hospital de San José hasta la Iglesia Greco-Melquita.
Al irrumpir en un instituto de salud cristiano, la policía le faltó al respeto a la iglesia, al instituto en cuestión y le faltó el respeto a la
memoria de la fallecida, casi haciendo caer el ataúd de los hombros de los portadores.
Al invadir el hospital y atacar a los dolientes, golpearlos con porras, usar granadas de humo, disparar balas de goma, asustar a los pacientes del hospital, la policía israelí demostró un uso desproporcionado de la fuerza, lo que constituye una grave violación de las normas y reglamentos internacionales, incluido el derecho humano fundamental como es el derecho a la libertad de religión, que debe ser respetado también en un espacio público.
El Hospital de San José siempre se ha enorgullecido de ser un lugar de encuentro y curación para todos, sin dar importancia a ninguna afiliación religiosa o cultural. Y tiene la intención de seguir siéndolo. Lo ocurrido el pasado viernes hirió profundamente no sólo a la comunidad cristiana, a las Hermanas de San José de la Aparición, propietarias del hospital, y a todo el personal hospitalario, sino también a todos los pueblos que han encontrado y encuentran la paz y hospitalidad en este lugar.
Las Hermanas y el personal del Hospital de San José mantendrán su compromiso de ser un lugar de sanación.
El trágico episodio del viernes pasado hace que este compromiso sea aún más fuerte que nunca.
Jerusalén, Hospital de San José, 16 de mayo de 2022