Nosotros, los Patriarcas y Lideres de las Iglesias en Jerusalén, nos entristece la última escalada de violencia en Tierra Santa. El domingo 26 de febrero por la noche, decenas de colonos israelíes arrasaron la ciudad palestina de Huwara, cerca de Nablus, mataron a un hombre, hirieron a decenas de personas con barras de metal y gases lacrimógenos e incendiaron decenas de edificios y automóviles.
Estos actos tuvieron lugar como represalia por la muerte de dos colonos israelís a manos de un palestino armado cerca de la misma ciudad, un acto en sí mismo en respuesta al asesinato de once palestinos en Nablus la semana anterior.
Esta escalada reciente se produjo durante y después de la conclusión de una inusual reunión entre líderes israelíes y palestinos en Aqaba, Jordania, en la que Israel prometió detener la expansión de los asentamientos en las áreas palestinas y detener, junto con los palestinos, una escalada en espiral y sin sentido.
Estos dolorosos acontecimientos hacen que sea cada vez más necesario no solo reducir inmediatamente las tensiones en palabras y hechos, sino también encontrar una solución más duradera al conflicto palestino-israelí, de conformidad con las resoluciones y la legitimidad internacional.
Con todas las personas de buena voluntad, roguemos al Señor por la paz y la justicia en nuestra amada Tierra Santa, donde todos han sido atormentados por este doloroso conflicto de larga duración.
—Los Patriarcas y Lideres de las Iglesias en Jerusalén