«Él no está aquí: ha resucitado según dijo. Ven, y mira el lugar dónde estaba» (Mt 28, 6).
Nosotros, los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén, os saludamos la Pascua en el nombre de nuestro Señor Resucitado y Salvador Jesucristo. Desde el corazón de Jerusalén y el centro del mundo proclamamos otra vez: Cristo ha resucitado; en verdad ha resucitado, ¡aleluya! Estas felicitaciones de Pascua nos han sido transmitidas por nuestros fieles padres y madres a lo largo de los siglos. «Él no está aquí. Ha resucitado », este fue el anuncio del ángel que se le apareció a las mujeres en la tumba, y proclamó que no es la muerte la que tiene la última palabra, sino que es el Dios de la vida.
Jesús dijo: «He venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10). Nosotros, como gente de fe, estamos llamados a caminar en la vida resucitada de Jesús; en abundancia, no en escasez. A través de Su vida, muerte y resurrección, Jesús trajo una nueva creación y restauró todas las cosas; incluyendo la imagen de Dios en los seres humanos. La Festividad de la Resurrección nos recuerda que la dignidad humana debe ser respetada y honrada.
Los seres humanos son creados a imagen de Dios, y por lo tanto son iguales ante Dios. La Pascua es un tiempo donde la familia humana se celebra a la luz de la vida divina y en abundancia. Jerusalén, la ciudad de la resurrección, es el faro de la esperanza y la vida. La tumba vacía nos recuerda constantemente los acontecimientos que tuvieron lugar en y alrededor de la ciudad santa. Jesús vino para ofrecer vida en abundancia en la cual el pecado y la muerte son derrotados. La ciudad de la vida es además la ciudad de la paz y la reconciliación. Por esto, el estatus multirreligioso y multicultural de Jerusalén tiene que ser mantenido y todas las religiones abrahámicas deben encontrar en ella la ciudad de la paz y la tranquilidad. Continuamos rezando por una paz justa y duradera en Jerusalén y en todo el mundo.
Somos firmes en la oración por todas las regiones que sufren violencia y angustia, especialmente contra la gente inocente y los lugares de culto. Recordamos además en nuestras oraciones a todas las mujeres y niños que afrontan la violencia y la injusticia en todo el mundo. Hacemos una llamada a todos para respetar la dignidad de cada persona y caminar juntos hacia la integridad y plenitud de la vida.
Invitamos a todos nuestros hermanos Cristianos en el mundo en general, y en particular a nuestros fieles en Tierra Santa y en Oriente Próximo, a coger fuerza en las celebraciones de Pascua. Seamos todos testigos de la resurrección a través de la promoción de los valores de nuestro Señor Resucitado, que es el Camino, la Verdad y la Vida, mediante la participación activa en la vida de la iglesia y la sociedad en general.
Cristo ha Resucitado; en verdad Él ha Resucitado. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén
+Patriarca Theophilos III, Patriarcado Ortodoxo Griego.
+Patriarca Nourhan Manougian, Patriarcado Ortodoxo Apostólico Armenio.
+Arzobispo Pierbattista Pizzaballa, Patriarcado Latino, Administrador Apostólico.
+Fray Francesco Patton, ofm, Custodio de Tierra Santa.
+Arzobispo Anba Antonious, Patriarcado Ortodoxo Copto, Jerusalén.
+Arzobispo Gabriel Daho, Patriarcado Ortodoxo Sirio.
+Arzobispo Aba Embakob, Patriarcado Ortodoxo Etíope.
+Arzobispo Yaser AL-Ayash, Patriarcado Católico-Melquita-Griego.
+Arzobispo Mosa El-Hage, Exarcado Patriarcal Maronita.
+Arzobispo Suheil Dawani, Iglesia Anglicana de Jerusalén y Oriente Próximo.
+Obispo Ibrahim Sani Azar, Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y Tierra Santa.
+Obispo Pierre Malki, Exarcado Patriarcal Católico Sirio.
+Muy Reverendo Krikor-Okosdinos Coussa, Exarcado Patriarcal Católico Armenio.
(Traducción del inglés: David Poza y Cano, OCSSJ)