DOMUS GALILEA – A pesar de los actuales desafíos en Tierra Santa, la Madre Iglesia se regocijó en la víspera de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el viernes 28 de junio de 2024, cuando Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, ordenó a cuatro nuevos sacerdotes del Seminario Redemptoris Mater de Galilea para el Patriarcado Latino de Jerusalén.
Roman Savluk, nacido en Ucrania, Rubén Cabrera Rosique (España), Kacper Jurczyk (Polonia) y Giovanni Bovi Giovanni Bovi (Italia), eligieron el verso: "No tengáis miedo. Ve y diles a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán". (Mt. 28,10) para su consagración como colaboradores en la Viña del Señor a través de la Diócesis de Jerusalén. Y según lo asignado previamente Su Beatitud el Cardenal Pizzaballa, el P. Román servirá como vicario en la parroquia de Fuheis, el P. Kacper en la parroquia de Jubeiha y el P. Rubén en el norte de Zarqa, que se encuentra en el Reino Hachemita de Jordania. Mientras tanto, el P. Giovanni estará al servicio de la Archieparquía maronita de Haifa.
La ordenación fue concelebrada por Mons. William Shomali, Vicario General, Mons. Rafic Nahra, Vicario Patriarcal para Israel, Mons. Giacinto-Boulos Marcuzzo, Obispo emérito, S.E. Mons. Musa Al-Hajj, Obispo de la Archieparquía de Haifa y Tierra Santa para los maronitas, P. Piotr Zelasko, Vicario Patriarcal para el Vicariato de Santiago, Rectores de las casas de Betania y Jerusalén, así como varios sacerdotes. Y había muchas personas, entre ellos familiares y amigos de los sacerdotes recién ordenados, los seminaristas y muchas comunidades cristianas de Galilea.
En su homilía, el Cardenal Pizzaballa reflexionó sobre la vida del Apóstol Pedro y la maduración de su carácter después de la Resurrección, destacando el amor del sacrificio que se encuentra en el servicio: "El único criterio al que siempre debéis referiros es vuestro amor al Señor: "¿Me amás?" (Jn 21,17)– "Esta es la única expectativa que Él puso en Pedro para poder apacentar verdaderamente el rebaño, hoy el sacerdote está llamado a ser testigo del Señor, lo que significa un martirio, la entrega de tu vida por completo, sin guardarte nada para ti". Y mientras daba orientación espiritual a los nuevos sacerdotes, dijo: "No tengáis nada más que a Cristo. No permitáis que vuestros proyectos y vuestro trabajo sean la cumbre de vuestro sacerdocio, obstaculizando la obra de Dios en vosotros".
Durante una entrevista con la Oficina de Comunicación del Patriarcado Latino, el Padre Rubén, recien ordenado, expresó, que el amor de Dios experimentado en los Sacramentos de la Iglesia lo llevó a responder a la llamada del sacerdocio y también compartió sobre sus años de preparación en el seminario, diciendo: "He llegado a abrazar un profundo amor por Jesucristo y su Iglesia, vivida tangiblemente dentro de mi comunidad del Camino Neocatecumenal, con la que he vivido el camino de la fe. Mi misión ahora es proclamar su amor al mundo".
Al final de la ordenación, todo el clero y los fieles felicitaron a los sacerdotes recién ordenados, agradeciendo a Dios por su sí y deseándoles un camino del que emane la fragancia de la santidad, el amor y la unidad.
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