El domingo 19 de enero de 2025, la Coordinadora de Conferencias Episcopales de Tierra Santa visitó la iglesia de Nuestra Señora de los Siete Dolores en Aboud, en el marco de su misión de solidaridad con la Iglesia de Jerusalén titulada: «Testimonio cristiano en Tierra Santa: Una luz que brilla en la oscuridad». Fueron calurosamente recibidos por el P. Remon Haddad, párroco, y los feligreses locales.
Durante su visita, la delegación se relacionó con los feligreses, escuchando sus historias y necesidades para comprender mejor la vida de los cristianos en Tierra Santa. Hicieron una visita de cortesía al Ayuntamiento de Aboud para explorar la dinámica de la vida en el pueblo y visitaron la Iglesia Ortodoxa Griega y el santuario de Santa Bárbara.
La delegación celebró la Misa dominical presidida por monseñor William Shomali, Vicario General, quien destacó la alegría de los feligreses por acoger a la delegación. Describió la visita como un testimonio de la solidaridad de la Iglesia universal con la Iglesia de Tierra Santa. Monseñor Shomali también se alegró por el anuncio del alto el fuego, expresando su gratitud por las oraciones escuchadas y las esperanzas continuas de paz y justicia en la región.
Reflexionando sobre el Evangelio de las Bodas de Caná, Monseñor Shomali destacó el papel de la Virgen María como intercesora por la humanidad, mostrando su confianza en la divina providencia de Jesús. Subrayó el poder de la fe y la oración, citando la historia de la mujer cananea cuya persistente fe fue recompensada por Jesús.
Al día siguiente, 20 de enero de 2025, la delegación se reunió con Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, y con Mons. Adolfo Tito Yllana, Nuncio Apostólico en Israel y Chipre y Delegado Apostólico en Jerusalén y Palestina. Hablaron de los últimos acontecimientos y de los retos a los que se enfrenta la Iglesia de Jerusalén. La jornada concluyó con una Misa presidida por el Cardenal en la Pro-Catedral, en la que se rezó para que la Iglesia de Jerusalén siga siendo un faro de esperanza y testimonio de Cristo en el mundo.
En su homilía, el Cardenal Pizzaballa expresó su gratitud por el apoyo constante de la delegación y subrayó la importancia de la colaboración en medio de los desafíos. Reflexionó sobre el poder transformador de Cristo, animando a un compromiso fiel con la palabra viva de Dios. «Lo que nuestra gente necesita por encima de todo es a Jesús», dijo, expresando su esperanza de que la Iglesia encarne la alegría y la luz del Evangelio.
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