El martes 17 de junio de 2025, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación en Beit Jala, Mons. William Shomali, Vicario General, presidió una Misa solemne durante la cual confirió el Ministerio de Acólito a tres seminaristas del Seminario Patriarcal Latino de Beit Jala: Fadi Qandah de Mafraq (Jordania), Malek Hijazin de Ader (Jordania) y Jeries Abu Khaleel de Jerusalén.
Entre los concelebrantes estaban Mons. Giacinto-Boulos Marcuzzo, P. Bernard Poggi, Rector del Seminario, así como varios sacerdotes. Los seminaristas y los fieles también participaron en la celebración. Debido a los situación política y de seguridad actual, las familias de los candidatos siguieron la ceremonia a través de una transmisión en directo.
"Aquí Estoy" - Una Vocación de Disponibilidad
Al comienzo del rito, Mons. Shomali llamó a cada candidato por su nombre. Respondieron al unísono: "Aquí estoy", expresando su disposición a abrazar este sagrado ministerio y a comprometerse en un camino de santidad y servicio.
La homilía: "Sed como Cristo"
En su homilía, Mons. Shomali reflexionó sobre la lectura del Evangelio, particularmente sobre las palabras de Jesús: «Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto». Destacó que la perfección cristiana se basa en el amor universal y heroico, como lo predicó Jesús en el Sermón de la Montaña. Recordó a los fieles que ese amor incluye tanto al prójimo como al extraño, y dijo: "Jesús nos llama a imitar al Padre celestial, que no hace distinción entre sus hijos, sino que los ama a todos... no porque sean perfectos, sino porque quiere que su amor los transforme y los lleve al arrepentimiento".
Dirigiéndose a los candidatos, añadió: "El ministerio que recibís hoy os concede el privilegio de llevar la Sagrada Eucaristía, un gran honor. Lleváis al portador de este mundo".
El Papel del Acólito: Servir la Eucaristía
Mons. Shomali explicó que el Ministerio de Acólito es un ministerio formal dentro de la Iglesia, instituido para ayudar en el servicio del altar y la Eucaristía. A los acólitos se les confían responsabilidades reverentes como llevar el Santísimo Sacramento en las procesiones, distribuir la Sagrada Comunión, particularmente a los enfermos y confinados en el hogar, y asistir a los sacerdotes y diáconos durante la Misa. También pueden preparar y guiar a los monaguillos, asegurándose de que la sagrada liturgia se lleve a cabo con devoción y dignidad. Sobre todo, el Acólito está llamado a ser un guardián del Misterio Eucarístico, sirviendo con profunda conciencia de la verdadera presencia de Cristo bajo las apariencias del pan y el vino.
"Este honor", dijo, "requiere que os conforméis cada vez más a la imagen de Cristo, a quien lleváis y ofrecéis a los demás. Imitar a Cristo, el Buen Pastor, que conoce a sus ovejas y da su vida por ellas, es el corazón de la vocación sacerdotal".
Concluyó: "Pronto recibiréis la copa con el pan y el vino y escucharéis las palabras: 'Esforzaos por ser dignos de servir a la mesa del Señor y de la Iglesia'. Esto es una llamada a imitar a Cristo, que no vino a ser servido sino a servir, y a ofrecerse hasta el final".
Palabras del Rector del Seminario
En un emotivo mensaje de clausura, el P. Bernard Poggi dijo: "Sí, estamos viviendo en un tiempo de guerra, pero hoy nos reunimos para decir: estamos respondiendo a la llamada de Dios y al servicio de Su pueblo."
Dirigiéndose a los nuevos Acólitos instituidos, añadió: "Nadie es perfecto. Pero Cristo, a quien nos acercamos en la Eucaristía, es el único que es perfecto: verdadero Dios y verdadero hombre. Solo de Él obtenemos nuestra perfección. Hoy se os confía el servicio de la Eucaristía. Conservad esta gracia con alegría y fidelidad, perseverando en vuestro camino hacia el sacerdocio."
Agradeció al "Coro de Pastores", dirigido por el Sr. George Salsaa, por animar la liturgia con música sacra, y expresó su más sincera gratitud a las familias de los Acólitos por su apoyo y acompañamiento. También agradeció a los sacerdotes del Seminario y a las Hermanas del Verbo Encarnado por su presencia y servicio a los seminaristas.
Felicitación en Nombre del Patriarca
La Misa concluyó con un mensaje de felicitación en nombre de Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, entregado por Mons. Shomali. Animó a todos a acompañar a los nuevos Acólitos con oración y apoyo espiritual y moral, para que puedan continuar su camino hacia el sagrado sacerdocio con alegría y firmeza.