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Vicariato del Patriarcado Latino de Chipre

Vicariato del Patriarcado Latino de Chipre
Latin Patriarchal Vicar for Cyprus
10, Megalou Alexandrou st.
1010 Nicosia - Cyprus 
P.O.B 2198, 1515 Nicosia
Mob: +357 99125931
Tel: +357 22571333
Fax: +357 22571313
E-mail: [email protected] , [email protected]
Website: https://www.latinchurchofcyprus.org

Vicariato del Patriarcado Latino de Chipre

La presencia de los católicos latinos en Chipre es casi milenaria y continua desde 1192. Además, si el peso demográfico y el estatuto jurídico de esta comunidad han evolucionado constantemente según las diferentes potencias de ocupación, hasta la independencia de la isla y su reconocimiento oficial como grupo religioso, su contribución al desarrollo económico, cultural y social de la isla es una constante. Hoy en día, los latinos de Chipre forman una comunidad respetada, reconocida por el Estado, cuya pertenencia a la comunidad nacional en una sociedad predominantemente griega queda ilustrada, entre otras cosas, por la amplitud del patrimonio, tanto material como inmaterial, que ha legado al pueblo chipriota.

Aunque los primeros contactos de los latinos con Chipre se remontan a 1126 a través de mercaderes de Venecia y Génova, la historia de la comunidad latina de Chipre comenzó en 1192, con la llegada a la isla de una oleada de emigrantes católicos romanos procedentes de Europa, Cilicia y el Levante acogidos por el rey franco de Jerusalén. En 1196, un arzobispo latino tomó posesión en Nicosia, la actual capital chipriota, acompañado de tres obispos que se instalaron en las ciudades de Famagusta, Limassol y Pafos, lo que propició la llegada de numerosas órdenes católicas romanas que se asentaron en la isla a lo largo de los periodos franco y veneciano (1192-1489 y 1489 a 1570). Durante este periodo, los latinos de Chipre representaban entre el 15 y el 20% de la población y ejercían una importante influencia como nobleza gobernante.

La conquista de la isla por el ejército otomano (1570-1571) puso fin a esta época dorada, provocando el exilio de miles de fieles latinos y la disolución oficial de su Iglesia por la Puerta. El clero consiguió mantener una presencia en la isla, entre otros a través de los monasterios franciscanos. El papel de los consulados en Lárnaca, que a partir del siglo XVII dieron apoyo a los numerosos emigrantes europeos que eran banqueros, médicos, mercaderes y comerciantes, contribuyó al desarrollo de una pequeña comunidad latina en la ciudad. Las comunidades religiosas crearon escuelas, como la de Terra Santa, creada en 1646 por los franciscanos, y la de San José, fundada por las Hermanas del mismo nombre en 1844.

La política de tolerancia religiosa que caracterizó el periodo británico a partir de 1878 fortaleció a la comunidad latina, cuyas escuelas se multiplicaron en las distintas ciudades de Chipre, permitiendo la integración de los latinos en el conjunto de la sociedad chipriota.

La independencia de la isla en 1960 supuso un paso más en la emancipación de la comunidad católica romana con, en el plano político, su reconocimiento por parte del Estado como grupo religioso y la obtención de un representante elegido en el Parlamento chipriota.

A pesar de la invasión turca de 1974, que convirtió en refugiados a muchas familias católicas, la comunidad católica latina de Chipre ha seguido creciendo, prosperando y reforzando su contribución al desarrollo de la isla en todos sus aspectos, especialmente en el ámbito de la educación. Las escuelas latinas, que han matriculado a decenas de miles de niños, siempre han sido consideradas prestigiosas, además de ser conocidas por acoger a los alumnos independientemente de su religión o etnia. En la actualidad, sólo hay dos escuelas latinas en Chipre: el Terra Santa College de Nicosia y el St Mary's School de Limassol.

Los latinos de Chipre también pueden enorgullecerse de haber dejado una importante herencia arquitectónica y lingüística, especialmente durante los periodos franco y veneciano, durante los cuales se construyeron numerosos monumentos (fortalezas, castillos, catedrales abadías, capillas) y se incorporaron al dialecto chipriota decenas de palabras que aún se utilizan.

Desde 1847, un Vicario Patriarcal Latino está presente en Chipre, bajo la autoridad del Patriarcado Latino de Jerusalén, que tiene cuatro parroquias en la isla. El Patriarcado dirige la parroquia de San Pablo en Pafos, y las otras tres están a cargo de los franciscanos. El Vicario, que reside en Nicosia, cuenta con el apoyo de once sacerdotes que ofician en la capital, Limassol, Larnaka y Pafos, ciudades que albergan una docena de iglesias y capillas latinas repartidas por igual entre las cuatro localidades.

La comunidad latina también es muy activa en el plano asociativo. En la actualidad existen en la isla numerosas organizaciones sociales, humanitarias y caritativas (refugio para trabajadores extranjeros, residencias de ancianos), y las parroquias y su representante en el Parlamento publican boletines mensuales y quincenales.  

Vicario Patriarcale per Cipro: Mgr. Bruno Varriano