El viernes 7 de marzo de 2025, bajo la coordinación de la Oficina de Vocaciones del Patriarcado Latino, jóvenes de Belén se reunieron para participar en el Encuentro de Vocaciones bajo el lema «Toma tu cruz y sígueme». El evento tuvo lugar en la Iglesia Latina de Beit Sahour y se centró en el significado de la vocación en la vida de un fiel.
El encuentro comenzó con la oración del Vía Crucis junto a la parroquia, sacando fuerzas de la Pasión de Cristo para afrontar los retos de la vida y profundizar en la comprensión de su misión cristiana.
Después de la oración y las presentaciones, los participantes reflexionaron sobre pasajes del Evangelio relacionados con la vocación, en particular la llamada de los primeros discípulos y su fiel respuesta a la invitación de Cristo. A través de estos pasajes, exploraron el significado de «llevar la cruz» como parte inseparable de su camino vocacional.
Uno de los momentos culminantes de la reunión fue el intercambio de testimonios personales entre el seminarista Malek Hijazin y la Hermana Terez Daniel, quienes relataron sus experiencias al responder a la llamada de Dios y abrazar una vida de consagración. Malek compartió los retos a los que se enfrentó al responder a su vocación, mientras que la Hermana Terez habló de su camino en la vida religiosa, haciendo hincapié en la profunda alegría que proviene de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
El encuentro concluyó con una presentación sobre las vocaciones a cargo del P. Abdullah Dababneh, director de vocaciones sacerdotales, que arrojó luz sobre las formas de discernir la llamada de Dios en la vida cotidiana y la importancia de escuchar atentamente la voz del Espíritu Santo. Después de interesantes debates, los participantes fueron acogidos calurosamente en un espíritu de fraternidad y compañerismo, reforzando su sentido de pertenencia y su camino de fe compartido.
Este encuentro sirvió de invitación abierta a todos los jóvenes, hombres y mujeres, para que reflexionaran sobre su llamada personal y respondieran con valentía y confianza a las palabras de Cristo: «Ven, sígueme».