CHIPRE - El Domingo de Resurrección, 31 de marzo de 2024, Mons. Bruno Varriano, Vicario Patriarcal de Chipre, presidió su primera Misa después de su Ordenación Episcopal. con los fieles del partie norte de chipre (Kerynea, Famagusta, northern Lefkosa y Lefke).
En su homilía, Mons. Varriano expresó su gran alegría por estar con las comunidades norte de chipre, diciendo: "Hoy estoy aquí, para decirles que me preocupo por vosotros, que os amo a todos... Y deseo de que caminemos juntos... Para vosotros soy un Obispo". A continuación, explicó sus nuevas responsabilidades como obispo de la comunidad católica latina en Chipre: "Como obispo, soy responsable de vuestra salvación... Sí, la salvación de mi rebaño. Y los símbolos que lleva el obispo, hablan precisamente de esto. La Cruz... porque debo amar a la Iglesia, mi rebaño, y dar mi vida por vosotros, pueblo mío, hasta la muerte. El báculo (el bastón del pastor) tiene un gancho curvo, porque el pastor debe tomar a la oveja por el cuello para rescatarla cuando está en peligro, para no perder ninguna oveja. Entonces el color nos recuerda a la sangre... amar hasta dar nuestra propia sangre". Terminó pidiendo a la comunidad que lo eleve continuamente en sus oraciones, mientras trabaja fervientemente para permanecer fiel a estos actos, por la gracia y el poder del Espíritu Santo.
"La belleza para nosotros los cristianos es combinar lo físico con lo espiritual", dijo, al comentar la lectura del Evangelio de la resurrección del Señor, mientras hacía un paralelismo entre el viaje "físico" hecho a la Tumba Vacía con el viaje espiritual en la propia vida. Explicó, diciendo: "María Magdalena va al sepulcro temprano en la mañana... Esta no es sólo una indicación cronológica, sino teológica. Estaba físicamente oscuro y también había oscuridad en su corazón. Todavía sentía dolor, incomprensión y fracaso. Cuántas veces también nosotros estamos "en la oscuridad", en momentos de sufrimiento, de dificultad, de enfermedad. Y esa oscuridad crece tanto que empezamos a vivir sin sentido y sin esperanza. Lo hermoso es que María no se queda quieta. Pero ella va al sepulcro, va a buscar a Jesús allí, a buscar su cuerpo. Pero Jesús no está allí.
Él no está entre los muertos. María ve un signo de vida (el sepulcro abierto), pero lo lee negativamente; todavía está "en la oscuridad" y cree que alguien robó el cuerpo de Jesús. Era la explicación humana "más plausible". Era difícil entender un misterio como la "resurrección"; sí, hermanos y hermanas, lo necesitamos... necesitamos al Señor Jesús" y Su Palabra. Y sólo así seremos capaces de leer los signos de la vida, incluso donde parece que sólo hay muerte. Es la fe en Jesús la que nos ayuda a leer la realidad con ojos más profundos, con los ojos de la fe. Y es el amor a Jesús el que nos hace "correr más rápido" y vivir unidos a Él incluso en las situaciones más difíciles".
Mons. Varriano recordó a la pequeña comunidad cristiana del norte de chipre la fuerza de sus acciones, porque "Jesús está en el centro" y "Él es la Palabra, el Protagonista". También les pidió que siguieran poniendo a Jesús en el centro de su vida y vivieran según su Palabra.
Finalmente, agradeció a todos los presentes su asistencia, y les invitó a "buscar continuamente el rostro del Padre y ser testigos auténticos de la alegría de pertenecer a su Hijo, Jesucristo, que murió y resucitó por nosotros. De pertenecer a su Iglesia". Y expresó su gran placer de servir a la Iglesia de Chipre.