El viernes 11 de abril de 2025, en una jornada llena de profundos sentimientos de fe y esperanza, la localidad de Yafa de Nazaret fue testigo de la celebración del Vía Crucis, un acontecimiento que se convirtió en testimonio vivo de la unidad de las iglesias y la comunidad creyente. Se desarrolló en un ambiente espiritual conmovedor, con una amplia participación de diversas Iglesias.
La celebración estuvo presidida por S.B. el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, acompañado por Mons. Rafic Nahra, Vicario Patriarcal en Galilea, y Su Excelencia Mons. Youssef Matta, Arzobispo de Acre, Haifa, Nazaret y toda Galilea para los Greco-Católicos. También asistieron el Arzobispo Ilario Antoniazzi; Mons. Boulos Marcuzzo; párrocos de Yafa de Nazaret, así como numerosos sacerdotes, religiosos y fieles de las parroquias y pueblos vecinos.
La procesión comenzó en la Iglesia Latina de Santiago Apóstol y recorrió las antiguas calles de la ciudad, deteniéndose en la Iglesia Greco-Ortodoxa y, a continuación, en la Iglesia Greco-Católica. Incluyó las catorce estaciones del Vía Crucis, que se prepararon cuidadosamente, con diversos himnos y oraciones ofrecidas según las distintas tradiciones cristianas. Esto confirió al acto un carácter eclesial compartido que reflejó la riqueza y armonía del patrimonio espiritual cristiano.
Personas de todas las edades de las parroquias y pueblos vecinos, participaron en este acontecimiento espiritual, hombres y mujeres, jóvenes y niños, portando cruces y velas, alzando sus voces en himnos y oraciones por la paz en Tierra Santa, la justicia para los pueblos que sufren y la unidad entre los miembros de la única Iglesia.
La celebración estuvo marcada por una excelente organización, gracias a los esfuerzos conjuntos del grupo Scout Nuestra Señora del Rosario - Yafa de Nazaret, y el grupo Scout Máximos Salloum. Su servicio disciplinado y cariñoso contribuyó a crear una atmósfera de reverencia y oración.
La celebración concluyó en el patio de la Iglesia Latina, donde S.B. el Cardenal Pizzaballa pronunció una breve reflexión. Expresó su profunda emoción al presenciar un encuentro tan unido y en oración, subrayando que «la Cruz no es solo un símbolo de sufrimiento, sino un camino hacia la resurrección y una renovada esperanza, especialmente en este Año Jubilar que nos invita a vivir en la esperanza». Invitó a todos los participantes a vivir el sentido de la redención en su vida cotidiana, a permanecer firmes en la fe y a trabajar por una paz justa en nuestra patria herida.
A continuación, Su Beatitud impartió su bendición a todos los presentes, en medio de una atmósfera de devoción espiritual y alegría. Muchos tomaron fotos conmemorativas para conservar el recuerdo de este momento histórico y lleno de fe.
Este acontecimiento espiritual no sólo refleja el compromiso de la Iglesia local con la preservación de sus tradiciones, sino que también es un testimonio vivo del papel vital de la Iglesia en el fomento de la caridad, la unidad y el servicio compartido entre su pueblo en esta Tierra Santa.