El viernes 25 de octubre de 2024, en la Pro-Catedral, Su Beatitud el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, presidió la Misa anual en honor a los logros y la dedicación de la Sociedad Caritativa de San Vicente en su servicio a la comunidad local. Concelebraron el P. Amjad Sabbara, párroco de Jerusalén, junto con varios sacerdotes más. Asistieron a la Misa representantes de los consulados italiano y belga, así como miembros de la Sociedad de San Vicente en Jerusalén.
En su homilía, Su Beatitud el Cardenal Pizzaballa reflexionó sobre la vida y el legado de San Vicente, destacando sus notables cualidades de amor y determinación. Señaló los profundos cambios que San Vicente aportó a la Iglesia y a la sociedad de la época, en particular en lo que se refiere a la atención a los pobres y a la creación de nuevas oportunidades para que las mujeres laicas se dedicaran al servicio de Dios y de los demás a través de la vida cotidiana, ya que entonces sus funciones se limitaban en gran medida a la vida contemplativa.
Subrayó el mensaje vital de San Vicente: la importancia de amar y servir a los necesitados como parte esencial de nuestra fe. Como afirmó, "San Vicente veía la difícil situación de los pobres no sólo como una cuestión humanitaria, sino como una cuestión de fe". Lo ilustró de forma conmovedora con las siguientes palabras: "Si estás sentado con Jesús en oración y los pobres llaman a tu puerta, deja a Jesús y sirve a los pobres para encontrarte con Él en ellos".
Al concluir su intervención, Su Beatitud se refirió a los retos actuales: "Todas nuestras organizaciones se han enfrentado recientemente a pruebas importantes, y sentimos que nos faltan la fuerza y la capacidad para responder a todas las necesidades. Nos reunimos hoy para expresar nuestra gratitud a Dios por lo que hemos logrado, en lugar de lamentarnos por lo que queda por hacer, y debemos recordar que no debemos tratar a los necesitados como meras estadísticas, sino extenderles un amor y una solidaridad auténticos." También expresó su sincero agradecimiento a todos los benefactores y simpatizantes, subrayando la necesidad de unidad en la atención a todos los necesitados de nuestra comunidad.
Sobre la Sociedad de San Vicente de Paúl
Fundada en Francia en 1833, la Sociedad de San Vicente de Paúl obtuvo rápidamente reconocimiento internacional. Se estableció en Jerusalén en 1851 como una organización cristiana compuesta por laicos que abrazaban la espiritualidad vicentina ayudando a los pobres y necesitados. Con los años, la Sociedad amplió su alcance a Jerusalén, abriendo un hospital y extendiendo sus servicios a Belén, Jaffa, Haifa y Ramallah. Desempeñó un papel crucial durante la Primera Guerra Mundial y la Nakba, prestando un apoyo vital a los refugiados y los desfavorecidos, además de administrar hospitales, orfanatos y escuelas de formación profesional. La organización se centra en tres grupos principales: jóvenes que no han terminado la escuela secundaria, personas mayores sin ingresos y cristianos marginados.
Vida del Santo
San Vicente de Paúl, conocido como el «Padre de los Pobres», nació el 24 de abril de 1581 en Francia, en el seno de una humilde familia de agricultores. Dedicó su vida a servir a los necesitados, inspirado por una profunda compasión para los miembros de su comunidad. Tras su ordenación sacerdotal, fundó numerosas instituciones caritativas y educativas. Canonizado en 1737, San Vicente dejó tras de sí un poderoso legado que subraya la importancia de la ayuda humanitaria y la compasión, que sirvió de modelo para organizaciones caritativas de todo el mundo.
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