Queridos hermanos y hermanas,
¡Que el Señor os dé la paz!
El 30 de septiembre de 2019, a través del motu proprio Aperuit Illis, el Papa Francisco pidió que “el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario se dedique a la celebración, reflexión y anuncio de la Palabra de Dios” para “Hacer crecer en las personas del Señor la religiosidad y la asiduidad familiarizada con las Sagradas Escrituras, como el autor sagrado ya enseñó en la antigüedad: "Muy cerca de ti está esta Palabra, está en tu boca y en tu corazón, para que la pongas a la práctica" (Dt 30,14).» (N. 15). Con motivo del 1.600 aniversario de la muerte de san Jerónimo, el Papa nos ofreció así una perspectiva ecuménica "La Biblia es el libro del pueblo del Señor que, al escucharla, pasa de la dispersión y la división a la unidad. La Palabra de Dios une a los creyentes y los convierte en un solo pueblo» (N. 4).
Siguiendo esta inspiración, y en varias ocasiones en los últimos años, fieles católicos y hermanos de Iglesias reformadas ya se han reunido para leer secciones enteras de la Sagrada Escritura. Esta práctica también se inspira en la declaración del Concilio Vaticano II: "La Iglesia siempre ha venerado las divinas Escrituras, como siempre lo ha hecho también por el mismo Cuerpo del Señor, quien no cesa, especialmente en la santa liturgia, de tomar el pan de vida de la mesa de la palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo, para ofrecerlo a los fieles. "(Dei Verbum VI, 21).
Este año, nuestra Iglesia en Jerusalén, agradecida por el don de poder vivir en Tierra Santa, donde, como dice el profeta Miqueas: "[...] de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la palabra de Dios, el Señor ... "(Miqueas 4, 2), y donde "el Verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1,14) - acepta así la invitación del Papa y propone, en todo el territorio del Patriarcado (Palestina, Israel, Jordania y Chipre), la lectura completa del Nuevo Testamento el tercer domingo del tiempo ordinario (23 de enero). Todos están invitados a participar: parroquias, comunidades religiosas o laicas, grupos de jóvenes, familias, creyentes individuales. La participación se puede hacer de forma personal o comunitaria, dependiendo de lo que cada uno pueda aportar y del tiempo disponible.
Confiados en la gracia de Dios, difundiremos así en Tierra Santa, y desde aquí a todo el mundo, “la semilla incorruptible, la Palabra de Dios viva y permanente” (1 P 1, 23), el auténtico “perfume suave” que enamora (Ct 1,3). Las diversas y necesarias indicaciones e instrucciones para sumarse y participar concretamente en este “Domingo de la Palabra de Dios” serán comunicadas a todos en los próximos días a través de un correo electrónico que se creará especialmente para la ocasión. También aparecerán en el sitio del Patriarcado Latino.
† Pierbattista Pizzaballa
Patriarca latino de Jerusalén
