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Mons. Pizzaballa envía una carta de Adviento a la diócesis.

Jerusalén, 1 de diciembre de 2017

A toda la diócesis en ocasión del Adviento.

El Adviento es el tiempo de la espera, la espera hoy de la llegada de Nuestro Señor Jesucristo en la vida de cada uno de nosotros, en nuestras comunidades eclesiales, en nuestras parroquias y en nuestra diócesis. Espera en vigilancia y oración, tal y como nos invitan las lecturas bíblicas en este tiempo litúrgico. Es el tiempo de la esperanza y de la conversión. El advenimiento de Jesús no es posible sin nuestra respuesta activa y personal.

En esta ocasión quisiera informales acerca de lo que se hace en la diócesis en el campo pastoral. Como ya lo saben, fue creado una Oficina Pastoral en la diócesis, con sede en Jerusalén y Amman, para promover y organizar nuestra actividad pastoral  en concordancia con cuanto se ha hecho en el pasado. Es una iniciativa importante. Esta oficina está compuesta por párrocos, religiosos y religiosas y sobre todo laicos y parejas, provenientes de todas las partes de la diócesis. Esperamos que este organismo contribuya a la vitalidad de nuestra pastoral en este periodo del camino de nuestra diócesis. Se puede constatar que hay muchas transformaciones en nuestra sociedad y en nuestras comunidades que exigen nuevas prospectivas y nuevos medios pastorales. El Consejo empieza ya a trabajar. En colaboración con la comunidad sacerdotal, el argumento escogido para nuestro ejercicio pastoral del presente año de los próximos, según la necesidad es la FAMILIA. Como es bien sabido, la familia es el núcleo de nuestras parroquias, como la  parroquia es el núcleo de nuestra diócesis, trabajar por la renovación espiritual y eclesial de las familias quiere decir trabajar en la renovación del conjunto de toda la diócesis. Por ello, hago un llamado a todos, fieles, párrocos y familias, a responder con generosidad las iniciativas que se tomarán para desarrollar la pastoral familiar. La colaboración y contribución de todos son fundamentales para este trabajo.

Dicho esto, dirijo un saludo de corazón a todas las familias cristianas de nuestra diócesis. Ustedes son la esperanza de la Iglesia. Ustedes son la iglesia doméstica donde viene puesta la primera semilla de la fe, a través de la palabra y a través de la fe vivida cada día, no obstante las dificultades de la vida, en el ejemplo de la Santa Familia de Nazaret y de Belén: Jesús, José y María.

Les deseo un adviento de esperanza, de gozo y de conversión interior, en la espera de la Navidad que es Epifanía de Dios en medio de nosotros.

+Pierbattista Pizzaballa

Administrador Apostólico